Más de 1.500 millones de personas entran cada día a la pestaña Novedades de WhatsApp, un espacio que nació como un sitio para ver Estados y canales de interés, pero que ahora se transforma en una puerta de entrada a nuevas estrategias comerciales. Lo que comenzó como un esfuerzo para permitir que los usuarios siguieran a sus figuras públicas o marcas favoritas, se ha convertido en la reto más ambiciosa de la plataforma para integrar publicidad sin tocar su esencia: los chats privados.
WhatsApp, propiedad de Meta, ha comenzado a desplegar anuncios y funciones promocionales en el interior de la pestaña Novedades. Este movimiento, tiene el objetivo de monetizar su ecosistema, un desafío que lleva abriles evitando por la menester de proteger su reputación de plataforma centrada en la privacidad. Pero ¿cómo funcionan exactamente estos anuncios y qué impacto tendrán en los usuarios?
La implementación de anuncios se da en tres frentes: los estados, los canales promocionados y las suscripciones pagas a canales. En cada caso, la logística está diseñada para insertarse solo en la pestaña Novedades, sin alterar los chats privados. Así, WhatsApp promete que los mensajes personales, grupos y llamadas seguirán estando cifrados de extremo a extremo y no serán usados para personalizar la publicidad.
Los anuncios en estados funcionan de forma similar a las historias patrocinadas en Instagram o Facebook. Empresas pueden aparecer entre los estados de tus contactos, invitándote a interactuar con ellas o a iniciar una conversación directamente en WhatsApp. Esto búsqueda convertir la plataforma en un punto de contacto directo entre marcas y consumidores, en un entorno que ya es allegado para los usuarios.
En tanto a los canales promocionados, la dinámica se asemeja a la de las publicaciones destacadas en otras redes sociales. Si un adjudicatario está navegando el directorio de canales, WhatsApp mostrará recomendaciones personalizadas de canales que podrían interesarle, incluyendo aquellos que han pagado por visibilidad adicional.
Finalmente, con las suscripciones, algunos canales podrán ofrecer contenido exclusivo a quienes estén dispuestos a satisfacer una tarifa mensual. Esto apunta a creadores de contenido, medios de comunicación o figuras públicas que buscan monetizar directamente a su audiencia.
WhatsApp asegura que la selección de anuncios y sugerencias se fundamento en información limitada: país, idioma, canales seguidos y la forma en que se interactúa con los contenidos promocionados. Si el adjudicatario ha vinculado su cuenta de WhatsApp al Centro de cuentas de Meta, asimismo se emplearán las preferencias de anuncios compartidas entre Facebook, Instagram y WhatsApp.
Es importante resaltar que, según la compañía, nunca se compartirá ni venderá el número de teléfono con los anunciantes, y los chats personales no forman parte del sistema de segmentación de anuncios.
Un maniquí de negocio que no invade… todavía
WhatsApp fue durante muchos abriles reacia a incorporar publicidad, en parte por su promesa fundacional de proteger la privacidad del adjudicatario. Pero el crecimiento de la pestaña Novedades, y el uso masivo de canales y estados, ofrece una oportunidad comercial sin precedentes para Meta. De hecho, esta logística parece inspirada en el maniquí de Telegram, que ha monetizado sus canales con suscripciones y funciones premium.
La diferencia está en el enfoque: mientras Telegram apunta a una experiencia más abierta y basada en bots, WhatsApp sigue apostando por una interfaz controlada y más simple, sin ofrecer la sensación de intimidad. Al centralizar toda la actividad comercial en la pestaña Novedades, Meta búsqueda evitar la saturación de publicidad que hoy se ve en Facebook o Instagram.
¿Cómo me afecta?
Para los usuarios casuales, la experiencia diaria no cambiará; seguirán chateando como siempre, sin anuncios en sus conversaciones. Sin retención, quienes exploran los estados y canales notarán una presencia creciente de contenido promocionado. Esta segmentación puede volverse útil -por ejemplo, para descubrir productos locales o nuevos creadores-, pero asimismo abre la puerta a un ecosistema más comercial, con posibles tensiones entre contenido informativo y contenido pagado.
A dispendioso plazo, la esencia estará en cómo evolucione este maniquí: si los anuncios se mantienen confinados a Novedades o si, como ha sucedido en otras plataformas de Meta, se expanden en torno a otros espacios de la aplicación.
Por ahora, WhatsApp ha enfrentado una fórmula que le permite monetizar sin traicionar por completo su promesa de privacidad. Pero el inmovilidad es delicado. Y como siempre en el mundo digital, lo que hoy parece una opción, mañana puede volverse la norma.
Imagen:
Más de 1.500 millones de personas entran cada día a la pestaña Novedades de WhatsApp, un espacio que nació como un sitio para ver Estados y canales de interés, pero que ahora se transforma en una puerta de entrada a nuevas estrategias comerciales. Lo que comenzó como un esfuerzo para permitir que los usuarios siguieran a sus figuras públicas o marcas favoritas, se ha convertido en la reto más ambiciosa de la plataforma para integrar publicidad sin tocar su esencia: los chats privados.
WhatsApp, propiedad de Meta, ha comenzado a desplegar anuncios y funciones promocionales en el interior de la pestaña Novedades. Este movimiento, tiene el objetivo de monetizar su ecosistema, un desafío que lleva abriles evitando por la menester de proteger su reputación de plataforma centrada en la privacidad. Pero ¿cómo funcionan exactamente estos anuncios y qué impacto tendrán en los usuarios?
La implementación de anuncios se da en tres frentes: los estados, los canales promocionados y las suscripciones pagas a canales. En cada caso, la logística está diseñada para insertarse solo en la pestaña Novedades, sin alterar los chats privados. Así, WhatsApp promete que los mensajes personales, grupos y llamadas seguirán estando cifrados de extremo a extremo y no serán usados para personalizar la publicidad.
Los anuncios en estados funcionan de forma similar a las historias patrocinadas en Instagram o Facebook. Empresas pueden aparecer entre los estados de tus contactos, invitándote a interactuar con ellas o a iniciar una conversación directamente en WhatsApp. Esto búsqueda convertir la plataforma en un punto de contacto directo entre marcas y consumidores, en un entorno que ya es allegado para los usuarios.
En tanto a los canales promocionados, la dinámica se asemeja a la de las publicaciones destacadas en otras redes sociales. Si un adjudicatario está navegando el directorio de canales, WhatsApp mostrará recomendaciones personalizadas de canales que podrían interesarle, incluyendo aquellos que han pagado por visibilidad adicional.
Finalmente, con las suscripciones, algunos canales podrán ofrecer contenido exclusivo a quienes estén dispuestos a satisfacer una tarifa mensual. Esto apunta a creadores de contenido, medios de comunicación o figuras públicas que buscan monetizar directamente a su audiencia.
WhatsApp asegura que la selección de anuncios y sugerencias se fundamento en información limitada: país, idioma, canales seguidos y la forma en que se interactúa con los contenidos promocionados. Si el adjudicatario ha vinculado su cuenta de WhatsApp al Centro de cuentas de Meta, asimismo se emplearán las preferencias de anuncios compartidas entre Facebook, Instagram y WhatsApp.
Es importante resaltar que, según la compañía, nunca se compartirá ni venderá el número de teléfono con los anunciantes, y los chats personales no forman parte del sistema de segmentación de anuncios.
Un maniquí de negocio que no invade… todavía
WhatsApp fue durante muchos abriles reacia a incorporar publicidad, en parte por su promesa fundacional de proteger la privacidad del adjudicatario. Pero el crecimiento de la pestaña Novedades, y el uso masivo de canales y estados, ofrece una oportunidad comercial sin precedentes para Meta. De hecho, esta logística parece inspirada en el maniquí de Telegram, que ha monetizado sus canales con suscripciones y funciones premium.
La diferencia está en el enfoque: mientras Telegram apunta a una experiencia más abierta y basada en bots, WhatsApp sigue apostando por una interfaz controlada y más simple, sin ofrecer la sensación de intimidad. Al centralizar toda la actividad comercial en la pestaña Novedades, Meta búsqueda evitar la saturación de publicidad que hoy se ve en Facebook o Instagram.
¿Cómo me afecta?
Para los usuarios casuales, la experiencia diaria no cambiará; seguirán chateando como siempre, sin anuncios en sus conversaciones. Sin retención, quienes exploran los estados y canales notarán una presencia creciente de contenido promocionado. Esta segmentación puede volverse útil -por ejemplo, para descubrir productos locales o nuevos creadores-, pero asimismo abre la puerta a un ecosistema más comercial, con posibles tensiones entre contenido informativo y contenido pagado.
A dispendioso plazo, la esencia estará en cómo evolucione este maniquí: si los anuncios se mantienen confinados a Novedades o si, como ha sucedido en otras plataformas de Meta, se expanden en torno a otros espacios de la aplicación.
Por ahora, WhatsApp ha enfrentado una fórmula que le permite monetizar sin traicionar por completo su promesa de privacidad. Pero el inmovilidad es delicado. Y como siempre en el mundo digital, lo que hoy parece una opción, mañana puede volverse la norma.
Imagen: