El certamen Miss Grand International se encuentra en el ‘ojo del huracán’ tras conocerse la dimisión de la flagrante ganadora, la maniquí india Rachel Gupta. En un anuncio difundido en sus redes sociales durante el pasado miércoles, la pipiolo comunicó su salida del título que obtuvo hace solo cinco meses, y reveló un certificación que ha generado indignación y debate interiormente del mundo del modelaje y los concursos de belleza.
Desde el inicio de su pronunciamiento, la ahora exreina dejó claro que la intrepidez no fue tomada a la ligera. Con palabras firmes, hizo pública su intención de alejarse de una experiencia que, según narró, estuvo cargada de situaciones adversas, incumplimientos contractuales y condiciones inhumanas que deterioraron su bienestar físico y emocional.
El certamen, que la coronó en 2024 tras la destacada décimo de Luciana Fuster un año ayer, ha quedado bajo cómputo luego de que Gupta relatara una serie de hechos que, de ser confirmados, comprometerían seriamente la imagen y credibilidad de la ordenamiento.
En un extenso video publicado en su cuenta oficial de YouTube, la maniquí describió cómo, durante su reinado, fue sometida a un entorno que calificó como hostil y perjudicial para su vigor mental. Entre otras cosas, señaló ocurrir sido aislada, obligada a cumplir con estándares físicos extremos, desprotegida por la ordenamiento y privada de los beneficios prometidos como parte del título.
Gupta aseguró que pasó meses en un área sin condiciones mínimas de habitabilidad, alejada de cualquier apoyo institucional, y sin funciones claras como reina. Sumado a ello, denunció presiones abusivas relacionadas con su cuerpo y acusó a los organizadores de condicionar su papel a fines meramente comerciales, sin respaldo auténtico a sus propuestas sociales ni agradecimiento a su trabajo filantrópico previo.
Otro de los puntos más graves que expuso fue el supuesto uso de prácticas irregulares interiormente del sistema de votación del certamen, donde, afirmó, ciertos países pagaban grandes sumas de efectivo para apoyar ventajas o resultados. También habló de amenazas legales recibidas al intentar manifestar su inconformidad, y criticó públicamente la comportamiento de figuras directivas frente a denuncias delicadas presentadas por otras participantes en el pasado.
Con lágrimas en los luceros y la voz entrecortada, Gupta cerró su certificación con una advertencia dirigida a futuras candidatas; entrar al certamen con cautela, conscientes de la ingenuidad detrás del atractivo. Su explicación ha generado apoyo masivo entre sus seguidores, así como reacciones en medios internacionales y interiormente de la comunidad de exreinas y aspirantes al título.
La ordenamiento Miss Grand International aún no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre las graves acusaciones, pero el impacto del caso ya ha hendido un nuevo debate sobre la transparencia, ética y trato alrededor de las mujeres en este tipo de plataformas globales.
