El conjunto colombiano hizo todo un gimnasia de resistor en un tablas complicado para poder continuar soñando. En la última momento se medirá a domicilio a un Colo Colo chileno que hoy se asoma al precipicio.

Con este frustrante igualada, Fortaleza es el líder provisional del Colección E, con 8 puntos, uno más que Racing, que recibirá este miércoles a Colo Colo. Bucaramanga se queda tercero con seis puntos.

La vencimiento delante los leopardos hubiera clasificad0 de forma matemática al Fortaleza, uno de los equipos revelación de esta período de grupos de la Libertadores.

Pero los dirigidos por Vojvoda salieron poco adormecidos y relajados delante un rival que tuvo muy claro desde el principio a lo que venía: pedrusco bajo y esperar un prodigio al contragolpe.

El cuadro tópico dominó la gran mayoría de los minutos, pero le faltó acelerar en la circulación y ser menos previsible.

Intentó romper esa pasividad el punta Breno Lopes, que apareció por ambas bandas y se acercó con mucho peligro a los dominios de Aldair Quintana.

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Aunque el equipo auriverde, en su primer coincidencia en distrito brasileño, se fue sintiendo más cómodo con el paso de los minutos. Achicó espacios y neutralizó la sala de máquinas de los brasileños entre Romaña, Hinestroza y Gutiérrez.

Los de Leonel Álvarez al punto que pudieron utilizar la dorso al merienda titular del punta argentino Luciano Pons, quien ya ha poliedro muestras de que le sobra pólvora con tres goles en esta Libertadores.

En la segunda medio comenzaron, sin confiscación, a aparecer los primeros signos de asma en los jugadores del Bucaramanga.

Breno Lopes volvió a acariciar el gol, esta vez con un cabezazo que raspó el palo a centro de Marinho.

Vojvoda quiso dar garbo al ataque del equipo con la salida de Deyverson, muy poco inspirado, y la entrada de los argentinos Juan Martín Astro y Tomás Pochettino.

El Leão mejoró con los cambios. Astro y Pikachu levantaron al conocido de las gradas con otras dos grandes ocasiones, pero el Bucaramanga siguió firme a espaldas, sin fisuras, hasta el pitazo final.

EFE