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¿Desde el Sinvergüenza de México hasta el «Sinvergüenza de América» un cambio simple en Google Maps o una obra nacionalista de Trump? •
El atlas es mucho más que una representación del mundo; Es un campo de batalla simbólico donde las naciones afirman su identidad y proyectan su poder. En una intrepidez que ha generado un torbellino de reacciones, Google Maps ha comenzado a mostrar el "Sinvergüenza de América" en zona de "Gulf de México" Para usuarios en los Estados Unidos. Sin retención, fuera de ese país, la aplicación mantiene ambas denominaciones, evidenciando que, más allá de una simple aggiornamento cartográfica, es un movimiento cargado de implicaciones políticas y diplomáticas.
La intrepidez de Google replica a la orden ejecutiva "Restaurando los nombres que honran la grosor estadounidense", firmada por Donald Trump. Con esta medida, el ex presidente no solo examen cambiar el nombre del Sinvergüenza de México, sino igualmente revertir otros cambios en la nomenclatura geográfica, como la restauración del nombre Mount McKinley en zona de Denali para la montaña más ingreso de América del Finalidad.
El problema radica en cómo se implementan estos cambios. Normalmente, en los Estados Unidos, la Concilio de los Estados Unidos sobre nombres geográficos (BGN) es responsable de la estandarización de los nombres en mapas federales. Sin retención, Trump evitó este proceso y recurrió a una orden ejecutiva para imponer la nueva nomenclatura, estableciendo un precedente peligroso: la posibilidad de modificar mapas no conveniente a la aprieto geográfica o histórica, sino por una intrepidez política.
Google explicó su intrepidez en la red social X, argumentando que su "habilidad de datos larga" sigue para desempolvar los nombres basados en fuentes del gobierno oficial. En este caso, la compañía cumple con la instrucción del sección de EE. UU., Que formalizó el cambio el 24 de enero.
Sin retención, esta exculpación no convence en ilimitado. Google Maps No es un reflexiva simple de los mapas oficiales de cada país; Es una aparejo con calibre total que moldea la percepción de millones de usuarios sobre la geodesía. Históricamente, la plataforma ha administrado disputas territoriales con precaución, que muestra diferentes nombres de acuerdo con la ubicación del sucesor. En el caso del Sinvergüenza de México, su intrepidez parece un intento de complacer al gobierno de servicio sin tener en cuenta la aplauso internacional de la nueva denominación.
El Gobierno de México, a través de su presidenta Claudia Sheinbaum, ha dejado en claro que no reconoce el cambio. "El Sinvergüenza de México sigue siendo el Sinvergüenza de México", dijo el presidente, señalando que la delimitación territorial y la nomenclatura han sido ratificadas por los tratados internacionales. A diferencia de otros casos de denominación geográfica doble, como el Mar de Japón/East Mar, aquí no hay disputa histórica o una controversia de soberanía. Es, en esencia, una intrepidez partidista promovida por razones ideológicas.
La comunidad internacional no parece dispuesta a adoptar el cambio. Los organismos geográficos y cartográficos globales continúan reconociendo la denominación tradicional, lo que deja a los Estados Unidos en una posición aislada con respecto al tema.
Ahora, como ha sucedido con otros intentos de reescribir la toponimia, la aplauso del "Sinvergüenza de América" dependerá de si las próximas administraciones mantienen la intrepidez o la invirtieron. En el pasado, el Congreso ha intervenido en asuntos de nomenclatura, y es probable que una suministro futura revierta la Orden Trump, especialmente si genera fricciones diplomáticas innecesarias.
A prolongado plazo, la percepción del sabido igualmente jugará un papel esencia. Si los estadounidenses adoptan el nuevo nombre y lo usan en la vida cotidiana, podrían vencer tracción. Sin retención, dada la historia y las raíces del término "Sinvergüenza de México", la probabilidad de un cambio efectivo es desestimación.
Imagen: Captura de pantalla